By Kinship Communications on Domingo, 30 Abril 2017
Category: La Revista de Conexión

MI NOMBRE ES MATTHEW

Soy un estudiante de 12º grado del Kingsway College, una Escuela Secundaria Adventista del Séptimo Día en Oshawa, Ontario, Canadá, y tengo 18 años. Para algunos, tengo un raro y algo obsesivo amor por Narnia y todo lo relacionado a la época medieval. Crecí en la Iglesia Adventista y me considero un cristiano fiel. También soy gay, pero para mí, es sólo una de las muchas cosas que soy. Además de Narnia, me encanta el Señor de los Anillos y toda esa fantasía medieval. Mi meta de vida es tener un castillo propio algún día. Tengo planes para eso.

Vivo a una hora de Toronto, Ontario, en una ciudad llamada Oshawa. Es un lugar bastante notable en la comunidad Adventista de Ontario. La Conferencia de Ontario está aquí, así como mi escuela secundaria, escuela primaria y la iglesia de más de 1000 miembros. También hay muchas otras iglesias Adventistas en la zona, así que hay muchos Adventistas cerca. Es difícil entender cuál es la actitud de la gente hacia el asunto LGBT. Sé que hay muchas personas de apoyo. He sido afortunado de no recibir tratos negativos por parte de nadie. Creo que la mayoría de las personas son simplemente ignorantes e inconscientes de cómo es la vida de una persona LGBT. Considero que muchas personas son genuinamente cariñosas y amables, y que si más personas salieran del clóset, la actitud hacia las personas LGBT cambiaría para mejor. Dicho esto, todavía soy muy cauteloso de lo que digo.

Una de las cosas más importantes que he aprendido sobre mi sexualidad y Dios, es que Dios no es mezquino. Dios se preocupa por nuestra salud, por nuestra felicidad y, sobre todo, por cómo estamos haciendo del mundo un lugar mejor a nuestro alrededor. He descubierto que Dios es mucho más grande que los conceptos de género, orientación y sexualidad; y que se nos niegue el acceso al cielo debido a este asunto, contradice completamente Su personalidad. Creo que Dios me ama más que suficiente para poder aceptar este aspecto de mi vida. Y desde que nací de esta manera, no veo por qué habría ningún problema en absoluto.

Oí por primera vez acerca de Kinship a través del capellán de mi escuela. Él fue la primera persona al que le conté sobre mí y desde entonces ha sido de mucho apoyo. Pero me registré en Kinship después de que mi capellán me puso en contacto con Jaden Rajah, el cual me asesoró y me presentó a la comunidad.

Para mí, ha sido muy revelador y reconfortante saber que hay otras personas de la misma fe que yo, y que han pasado por las mismas luchas por las que atravieso. A veces, dado que soy la única persona algo abierta que conozco en mi comunidad, se puede sentir que estoy solo con esta lucha; pero la juventud de Kinship y el apoyo de mis amigos y familiares me aseguran que no lo estoy.

Mi amigo y consejero, Jaden Rajah, ha sido un gran mentor para mí. Las dos personas que más me han ayudado serían definitivamente mi capellán y Jaden. Tuve la dicha de conocerlo en octubre, después de que mi escuela visitó la Universidad de Burman para el "College Days". Él ha sido un gran apoyo para mí. Hablaba conmigo cuando me sentía solo y deprimido, y cuando estaba luchando por aceptarme tal como soy. Me ayudó a reconciliar mi fe y mi orientación. Él ha sido una gran inspiración para mí y estoy seguro que lo ha sido para muchos otros. Su valentía es algo que me gustaría poder tener mientras continúo mi vida en la comunidad Adventista y de Kinship.